Comercio

El comercio, tanto mayorista como minorista, funciona como vínculo esencial entre los productores de bienes y sus consumidores en todo el mundo, con independencia del grado de desarrollo de un país o su sistema político. Se trata de un sector sumamente heterogéneo, ya que existen grandes diferencias entre las empresas mayoristas y minoristas, los distintos tipos de minoristas (como grandes almacenes, comercios especializados o almacenes de descuento) y la venta en línea y los comercios físicos. Su estructura varía entre los distintos países, en función de factores como el nivel de vida, los hábitos de consumo y los marcos jurídicos. El sector está cada vez más globalizado y concentrado, y muchas empresas comerciales ocupan los primeros puestos de las clasificaciones por volumen de ventas y número de trabajadores.

Entre las novedades figuran los efectos de la digitalización, que han revolucionado el sector como consecuencia de la introducción de tecnologías avanzadas destinadas a minoristas, plataformas de comercio electrónico y mercados en línea, lo que ha modificado considerablemente las conductas de los consumidores, los modelos de negocio y las dinámicas laborales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha analizado las repercusiones de conceptos como la globalización, la transición justa, la digitalización y la transformación de las necesidades de la fuerza de trabajo en un sector que evoluciona rápido, que se hicieron especialmente manifiestas durante la pandemia de la COVID-19.

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